
Se trata
de ocho secuencias, cada una de ellas basada en sendos sueños auténticos
del artista que, por décadas, los anotó y recopiló hasta sobrepasar el
centenar de ellos. “Los anotaba en papelitos o en correos electrónicos
que me autoenviaba por la noche”, cuenta Codrón. “En todos ellos se me
aparecían muy señaladas la locación, la luz, la ubicación de cámara y
otras particularidades técnicas que de alguna manera prefiguraban su
traslado a un formato artístico”.

Las 64 fotografías colgadas van de los 150 x 230 cm a dimensiones menores, en color, y serán recogidas en un catálogo libro.
Codrón, que desde 2005 expone en salas de Buenos Aires como los centros culturales Borges y Recoleta, ha transitado distintos lenguajes fotográficos, desde propuestas abstractas a documentales, entre lo autoreferencial, los apuntes poéticos o la crítica social.