"Tras revisar los dibujos de Rubén Sassano comprendemos una figuración que constituye un portal a temas cuya especificidad estética habla de una poesía signada por la línea, el punto, las luces y las sombras.
A poco de transitar cada uno de sus trabajos y de hender la mirada en los rastros de los materiales empleados, la sensibilidad visualiza una orquesta de curvas y rectas, así como de grises y blancos, que define los rasgos más generales de un imaginario visual tan rioplatense como amerindio. Grúas y edificios, al igual que puertos y calles, configuran horizontes que circunscriben espacios y elaboran un constructo de tonos urbanos y suburbanos. El espectador intuye el agua y los cielos, y sospecha que la humanidad migró de las telas y papeles. Pero no es así. En verdad está, pero de otra forma, quizá metamorfoseada en éter, como si no fuera otra cosa que un fluido sutil cuyo paso recorre las esquinas, se detiene en un café y conspira contra el tiempo.
En esta muestra emplazada en uno de los edificios de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), Rubén Sassano presenta sus personales rizomas de dibujante. A la manera de un guerrero que se prepara para el ritual que pondrá fin a una guerra, este artista exhibe su veta asociada al punto y la línea. Como todo amante de las artes y de la vida, actualiza sus vínculos devotos con distintas especies visuales, como el grabado y la pintura. Más aún, revela sus nexos con lo ya escrito y con lo no escrito aún. Casi como un profeta errante, o como una forma que piensa y decide herir las superficies para transformarlas en otra cosa, logra crear eso que no es humano o animal, y que está más allá del entorno y de lo existente. Eso que sólo comprenden la mente y el cuerpo de quienes aprenden a vibrar con la antigua clave que no deja de asociar ciencia con misterio y arte con sabiduría." Miguel Ángel Rodríguez
A poco de transitar cada uno de sus trabajos y de hender la mirada en los rastros de los materiales empleados, la sensibilidad visualiza una orquesta de curvas y rectas, así como de grises y blancos, que define los rasgos más generales de un imaginario visual tan rioplatense como amerindio. Grúas y edificios, al igual que puertos y calles, configuran horizontes que circunscriben espacios y elaboran un constructo de tonos urbanos y suburbanos. El espectador intuye el agua y los cielos, y sospecha que la humanidad migró de las telas y papeles. Pero no es así. En verdad está, pero de otra forma, quizá metamorfoseada en éter, como si no fuera otra cosa que un fluido sutil cuyo paso recorre las esquinas, se detiene en un café y conspira contra el tiempo.
En esta muestra emplazada en uno de los edificios de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), Rubén Sassano presenta sus personales rizomas de dibujante. A la manera de un guerrero que se prepara para el ritual que pondrá fin a una guerra, este artista exhibe su veta asociada al punto y la línea. Como todo amante de las artes y de la vida, actualiza sus vínculos devotos con distintas especies visuales, como el grabado y la pintura. Más aún, revela sus nexos con lo ya escrito y con lo no escrito aún. Casi como un profeta errante, o como una forma que piensa y decide herir las superficies para transformarlas en otra cosa, logra crear eso que no es humano o animal, y que está más allá del entorno y de lo existente. Eso que sólo comprenden la mente y el cuerpo de quienes aprenden a vibrar con la antigua clave que no deja de asociar ciencia con misterio y arte con sabiduría." Miguel Ángel Rodríguez