En la línea de las grandes apuestas de producción del Museo Moderno, “¿Sentiste hablar de mí?” es la respuesta de Sergio De Loof a la invitación de dicho museo a celebrar su impronta y su legado. Con curaduría de Lucrecia Palacios, la primera exposición antológica del artista reúne sus trajes, creaciones, films y videos realizados desde mediados de los años ochenta hasta la actualidad, y presenta nueve grandes ambientaciones en las que De Loof imaginó nuevas formas para desplegar esos materiales. El resultado es una obra monumental que incluye pasillos palaciegos, obras de teatro, un carnaval y una tienda que vende sus creaciones, entre otros espacios.
Piloto Super Top de Sergio de Loof. Foto de Viviana Gil. Archivo fundación IDA |
“Es un
orgullo para toda la ciudad contar con la muestra de Sergio De Loof,
este artista diverso y visionario. Con su obra, el público tendrá una
mirada sobre la estética cultural de Buenos Aires de estas últimas
décadas, cuando se recobraba libertad expresiva, y las noches creaban
cruces entre hacedores y disciplinas. El Museo Moderno nos acerca así a
un capítulo singular de nuestra cultura, invitando a nuevos públicos y
generaciones a vivirlo y seguir de este modo agregándole valor a los
museos de la Ciudad, que buscan hacer al vecino protagonista. Un museo
que no sólo está abierto al barrio sino al mundo”, dijo Enrique
Avogadro, ministro de cultura de la ciudad de Buenos Aires.
Producción de fotos del desfile North Beach de Sergio de Loof. Modelos: Mariana Schurink y Nahuel Vecino, 2001. Foto s.d. Fundación IDA |
“Es una inmensa alegría y un honor para el Museo Moderno celebrar la genialidad de un artista de la talla de Sergio De Loof, quien merece llamar la atención del mundo dada su infinita creatividad, su talento para ampliar la noción de arte, su invitación a la inclusión, la diversidad de género y la libertad de expresión. Con su alegría e inventiva transgresora, marcó a toda una generación al moldear tantos espacios sociales y nocturnos de Buenos Aires durante décadas y produjo sus cientos de desfiles con los más diversos materiales que tuvo a mano, sorprendiendo siempre con su mirada”, sostiene Victoria Noorthoorn, directora del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires.
Sergio de Loof vistiendo a Amaya Bouquet para una producción de fotos, 2001. Foto s. d. Fundación IDA
Diseñador de moda, videasta, fotógrafo, estilista, escenógrafo, pintor, artífice de espacios nocturnos centrales del under porteño como El Dorado (1991), el Morocco (1993) y Ave Porco (1994), entre otros, Sergio De Loof es uno de los artistas más influyentes y dinámicos de las últimas tres décadas argentinas. Todos estos espacios fueron legendarios e inventaron una noche inédita para una Buenos Aires que intentaba dejar atrás las costumbres instaladas durante la dictadura. En ellos, arte y nocturnidad se integraban: fueron boliches, bares y también centros culturales. Su programación incluía desfiles, exposiciones y obras de teatro, donde se cruzaban los mundos hasta entonces antagónicos de los artistas e intelectuales, los empresarios, el universo fashion y la farándula, en un contexto de libertad y experimentación. De Loof fue una figura central de la moda de autor de principios los años noventa. Concibió sus desfiles como reuniones colaborativas y comunitarias, cercanas al teatro.
Participaban en ellos sus amigos o conocidos, con cuerpos bien diferentes y lejanos de los de las supermodelos. Así, daba lugar en sus trabajos a las disidencias corporales y sexuales. En sus pasarelas, los modelos bailaban y actuaban con las ropas que el artista había compuesto con retazos, prendas de segunda mano, papel y revistas. En la creación de estos diseños, hizo uso de técnicas como el ñandutí, el bordado, el patchwork y el reciclaje, entre otros.
Participaban en ellos sus amigos o conocidos, con cuerpos bien diferentes y lejanos de los de las supermodelos. Así, daba lugar en sus trabajos a las disidencias corporales y sexuales. En sus pasarelas, los modelos bailaban y actuaban con las ropas que el artista había compuesto con retazos, prendas de segunda mano, papel y revistas. En la creación de estos diseños, hizo uso de técnicas como el ñandutí, el bordado, el patchwork y el reciclaje, entre otros.
Fotos de registro del rodaje del video de 1990 de Sergio de Loof y Sebastián Orgambide. Personas: Christian Dios (Christian Delgado) y amigo. Foto de Gustavo Di Mario. Fundación IDA |
Para los años dos mil, hacía más de una década que el nombre De Loof era sinónimo de una sensibilidad única, con la que creaba ambientaciones, ropas y desfiles fantásticos haciendo uso de materiales desprestigiados. Con ellos, el artista ha forjado su propio estilo, el trash rococó, que se caracteriza por la amalgama barroca de consumos culturales eclécticos y efímeros.
“De Loof vinculó su personalidad excéntrica y desprejuiciada con su obra al punto de que, en muchos casos, se hacen indiscernibles. Siempre en el límite entre el arte, la moda, el diseño y el escándalo, la figura de De Loof tiene un pie dentro y otro afuera de cualquier sistema. Creador de “una moda hermosa para pobres y feos”, su figura se desliza vertiginosa como el creador de un obra que combina el quehacer comunitario y la expresión individual, la pobreza y el lujo, el paladar aristocrático y el gozo popular”, afirma la curadora Lucrecia Palacios.
“De Loof vinculó su personalidad excéntrica y desprejuiciada con su obra al punto de que, en muchos casos, se hacen indiscernibles. Siempre en el límite entre el arte, la moda, el diseño y el escándalo, la figura de De Loof tiene un pie dentro y otro afuera de cualquier sistema. Creador de “una moda hermosa para pobres y feos”, su figura se desliza vertiginosa como el creador de un obra que combina el quehacer comunitario y la expresión individual, la pobreza y el lujo, el paladar aristocrático y el gozo popular”, afirma la curadora Lucrecia Palacios.
En esta línea, la exposición se constituye como una gran obra de De Loof en sí misma, y pone de manifiesto la creatividad y el refinamiento sin límites de un artista prolífico que marcó a toda una generación y que reunió y exaltó concepciones estéticas tan potentes como contradictorias.
En palabras de Victoria Noorthoorn: “El Museo Moderno dio carta blanca a De Loof para que propusiera la exposición de sus sueños, y lo acompañamos en cada paso para hacer realidad esa obra. Estamos orgullosos de poder presentar esta gran exposición gracias al trabajo comprometido de nuestro equipo y el fundamental apoyo y la colaboración de tantos profesionales e instituciones de Buenos Aires”.
La exposición se puede visitar hasta el 26 de abril de 2020 en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires ubicado en Avenida San Juan 350, en el barrio de San Telmo.
La exposición se puede visitar hasta el 26 de abril de 2020 en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires ubicado en Avenida San Juan 350, en el barrio de San Telmo.