El jueves 10 de septiembre se inauguró en el Centro Cultural Borges, la muestra "Nuevos horizontes en la Laguna. Investigación y experimentación de la Academia de Bellas Artes de Venecia". La muestra forma parte de una importante iniciativa cultural promovida por esa institución italiana y por la Bienal de Teatro de Venecia.
La exposición, curada por Ivana D’Agostino que está de visita en Buenos Aires expresa el notable espíritu de renovación y experimentación que anima a la Academia de Bellas Artes de Venecia, pese a sus más de 250 años de vida, que le hace compartir su rol de custodio de la tradición con el de estimular la búsqueda de los nuevos creadores.
De esta manera, la muestra está integrada por obras de treinta y cuatro artistas de diferentes nacionalidades enrolados en las nuevas tendencias estéticas. Muchos de estos artistas, italianos, rusos, eslovenos, españoles, croatas, alemanes, han participado en muestras europeas de alto nivel y trabajan con galerías privadas.
La particular posición geográfica de Venecia y sus relaciones histórico-económicas de larga tradición interrelacionadas con el norte de Europa o asimismo con el área balcánica, desde siempre han favorecido el intercambio y la sinergía cultural y artística entre la Serenísima y los aportes venidos del exterior. La muestra se acompaña de un excelente catálogo editado en tres idiomas con textos críticos de Ivana D’Agostino y Massimo Scaringella.
La particular posición geográfica de Venecia y sus relaciones histórico-económicas de larga tradición interrelacionadas con el norte de Europa o asimismo con el área balcánica, desde siempre han favorecido el intercambio y la sinergía cultural y artística entre la Serenísima y los aportes venidos del exterior. La muestra se acompaña de un excelente catálogo editado en tres idiomas con textos críticos de Ivana D’Agostino y Massimo Scaringella.
En cierto modo, la exposición expresa la intención de internacionalidad que caracterizó a Venecia desde su fundación -como puente entre las naciones europeas y el Oriente y cuya continuidad recogió como desafío su histórica institución académica. La muestra, que cuenta con el auspicio del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y el Instituto Italiano de Cultura, estará en exhibición hasta el 4 de octubre.
La muestra y otras actividades previstas hasta fin de año buscan consolidar la relación fructífera cultural existente entre Italia y la Argentina, unidos por su común origen latino y afianzada desde fines del siglo XIX por el notable flujo inmigratorio que tuvo como destino el Río de la Plata. La iniciativa busca establecer nuevos puentes de comunicación y futuros intercambios culturales.
La muestra y otras actividades previstas hasta fin de año buscan consolidar la relación fructífera cultural existente entre Italia y la Argentina, unidos por su común origen latino y afianzada desde fines del siglo XIX por el notable flujo inmigratorio que tuvo como destino el Río de la Plata. La iniciativa busca establecer nuevos puentes de comunicación y futuros intercambios culturales.
Desde su institución, en 1750, la Academia veneciana se ha ocupado de la conservación y restauración de las pinturas públicas. En el año 1777 el académico Pietro Edwards fue artífice de una singular elaboración técnica y crítica en el campo de la restauración, lo que significó un verdadero Manifiesto de la Restauración ante litteram, contribuyendo más tarde, en 1819, a la institución de la Escuela Pública para la Restauración de pinturas dañadas.
En 1807 la Academia de Pintura, Escultura y Arquitectura Veneta fue transformada en la Academia Real de Bellas Artes.
Por el año 1798 confluyeron en la sede de la academia muchas obras de arte procedentes de las Iglesias y conventos del Veneto, recuperadas por los austríacos de manos francesas cuando volvieron al poder. Gracias a ello el 10 agosto 1817 las Galerías abrieron su puertas al público al mismo tiempo que continuaron adquiriendo nuevas obras donadas por los maestros o por ricas galerías de arte.
En 1807 la Academia de Pintura, Escultura y Arquitectura Veneta fue transformada en la Academia Real de Bellas Artes.
Por el año 1798 confluyeron en la sede de la academia muchas obras de arte procedentes de las Iglesias y conventos del Veneto, recuperadas por los austríacos de manos francesas cuando volvieron al poder. Gracias a ello el 10 agosto 1817 las Galerías abrieron su puertas al público al mismo tiempo que continuaron adquiriendo nuevas obras donadas por los maestros o por ricas galerías de arte.
La Academia está bien representada por los artistas que con su contribución han favorecido el crecimiento de las nuevas generaciones, tales como Piazzetta, Tiepolo, Zanchi, Diziani, Morlaiter, Selva, Canova, Hayez, Lipparini, Matteini, Grigoletti, Politi, Molmenti, Favretto, Nono, Ciardi, Milesi, Tito, Cadorin, Cesetti, Saetti, Giuliani, Arturo Martini, Alberto Viani, Mario de Luigi, Carlo Scarpa, Afro, Santomaso, Emilio Vedova. Estos nombres están realmente enlazados con lo que la Accademia di Venezia ha sabido expresar desde siempre, convirtiéndose concretamente en uno de los institutos de arte más prestigiosos a nivel internacional.
Hoy en día la Academia se encarga de la educación y de la formación al más alto nivel en el campo de la cultura y de la producción de arte. Con el propósito de realizar de la mejor forma estos objetivos las asignaturas han sido renovadas de forma funcional añadiendo nuevas. Algunas de ellas de carácter experimental, con la finalidad de agregar a los intereses, vocación y motivaciones personales de los alumnos, instrumentos útiles para crecer a nivel cultural y práctico y para así también afinar su capacidad profesional con el objetivo de desempeñarse en el propio ambiente laboral.
Hoy en día la Academia se encarga de la educación y de la formación al más alto nivel en el campo de la cultura y de la producción de arte. Con el propósito de realizar de la mejor forma estos objetivos las asignaturas han sido renovadas de forma funcional añadiendo nuevas. Algunas de ellas de carácter experimental, con la finalidad de agregar a los intereses, vocación y motivaciones personales de los alumnos, instrumentos útiles para crecer a nivel cultural y práctico y para así también afinar su capacidad profesional con el objetivo de desempeñarse en el propio ambiente laboral.