Un vez más, tanto el gran público que se acerca a Tecnópolis como el espectador habitual de exposiciones podrán disfrutar de AR.TEC, la sección que la feria dedica a las artes visuales.
Murales, esculturas, fotografías e instalaciones de gran tamaño realizadas por artistas nacionales e internacionales pueden encontrarse en el interior de los pabellones, en sus muros exteriores y, algunas de ellas, montadas al aire libre.
Este año las novedades incluyen una muestra de Gyula Kosice, un nuevo mural de Pablo Siquier, distintas obras de León Ferrari, dos instalaciones de Marcos López y una de Daniel Joglar.
Kosice, precursor del arte cinético lumínico, tendrá un merecido homenaje a través de la exhibición de obras muy representativas de su amplia producción, expuesta en el Pabellón Artec.
De León Ferrari se exhiben un grupo de planetas y un mix de trabajos de sus series de ilustraciones del Nunca más y Nosotros no sabíamos nada.
Junto al inmenso mural de Marcos López inaugurado el año pasado, en esta edición el artista incorpora su Ekeko y una gran instalación en el exterior, La fuente.
Los murales de Pablo Siquier son un ícono de Tecnópolis y este año el prestigioso artista ha realizado uno nuevo en una de las paredes exteriores del Pabellón de Cultura.
El marplatense Daniel Joglar despliega una intervención en el espacio aéreo del hall central del Pabellón Bicentenario. Objetos simples y cotidianos, como varillas, bolitas de madera y anillos, se sostienen en el aire y construyen una coreografía aérea.
También el artista Chu realizó dos intervenciones sobre el Espacio Joven y una vieja vela de submarino.
Además de lo detallado, en el parque continúan emplazados los trabajos de Leandro Erlich, Graciela Sacco, Andrés Sobrino, Jesús Soto, Carlos Cruz Diez, Nushi Muntaabski, el Grupo Doma, Hernán Marina y Martín di Girolamo inaugurados en ediciones anteriores.
Por otra parte, por primera vez en el marco de la feria se está realizando un proyecto llamado “Cien años de cine argentino” llevado adelante por el artista visual y cineasta uruguayo Martín Sastre. Consiste en la realización de tres cortos, que a su vez convocan a un concurso federal de cortos que se rodarán en todas las regiones del país.
La idea tiene como marco la conmemoración de los cien años de “Amalia” (1914), la primera película nacional de ficción, y propone una atracción inmaterial y cinematográfica en la cual puedan ser partícipes tanto los realizadores y trabajadores del audiovisual como el público.