

En este recorrido por un repertorio de sus imágenes nos devela una simbología de la arquitectura que decide registrar, su estructura física y metafísica. Espacio y tiempo adquieren en Claudio una valoración que concentra en la imagen de una Buenos Aires hodológica.
En este camino nos invita a habitar una arquitectura fantástica y maravillosa que celebra una Buenos Aires inmortal.
Nos propone un viaje por esta ciudad a través de su arquitectura.
¿Qué registra? ¿Cómo ordena los acontecimientos que allí suceden?
¿Cuáles son los recorridos, cuáles son las huellas que descifra, cuáles son sus mapas de la memoria?

El territorio de Buenos Aires se presenta como una trama que teje diferentes tiempos y diferentes escalas; los tiempos del día, del año, de la vida, el tiempo interior y el tiempo colectivo; las escalas de la ciudad, los sitios y la morada; y nuestro cuerpo habitando estas fotografías como anclaje entre la dimensión espacial y la dimensión temporal.
Claudio introduce así distintos pares de relaciones: microcosmos y macrocosmos, sagrado y profano, multiplicidad y singularidad, devenir y muerte, sueño y realidad; y los redefine en la construcción de su imaginario urbano.
Así su mirada surge como Revelación y nos muestra un carácter mágico de la ciudad; una forma es inaugurada.
Nuestra ciudad de Buenos Aires de una imprecisa fecha es aquí centro del universo; y en su arquitectura se cifra la ceremonia de este viaje.” Victoria Baeza, directora del MARQ SCA.
Claudio Larrea nació en Buenos Aires, Argentina, en 1963.
Estudió periodismo e historia del arte en Buenos Aires y técnicas audiovisuales en Madrid. En 1986 comenzó su carrera profesional como director de arte en la producción de portadas y artículos para revistas: Rolling Stone, Playboy, Cosmopolitan. Paralelamente desde 1999 se desempeñó como director de arte en publicidad.
A principios de 2001 se mudó a Barcelona (España), estableciendo su residencia allí durante nueve años. Durante ese tiempo trabajó como director de arte en publicidad y videoclips.
En 2010, cuando regresó a Buenos Aires, comenzó una reconstrucción fotográfica de la ciudad, lo que lo llevó a desarrollar una visión personal de la arquitectura de Buenos Aires. Entre la geometría implícita de las formas y la obsesión por los detalles, su universo visual reinventa el pasado de una ciudad cosmopolita. Como resultado de esta búsqueda, presentó "El amante de Buenos Aires" y "República de Waires". En 2017, participó en la exposición "How to read Pato Pascual" (Pacific Standard Time-Getty Foundation de Los Ángeles).
