9 de enero de 2017

Instalación acuática del artista Franco Lippi en Puerto Madero


El miércoles 11 de enero a las 21 horas se realizará una experiencia de transmedia inédita en el país: “Big Bang Night, Instalaciones Artísticas Acuáticas" de Franco Lippi, con la curaduría de Rodrigo Alonso, música original de Luis María Serra, edición y postproducción de Trestipos Films y la dirección general de José María Paolantonio. 
El apasionante experimento tendrá lugar sobre Pierina D´Alessi y la Av. Azucena Villaflor (continuación de la Avda. Belgrano) en el Dique 2 de Puerto Madero. En caso de lluvia, la actividad se realizará el día 12 de enero en el mismo horario.

La instalación visual refiere, paso a paso, cómo las evoluciones y metamorfosis del acrílico, el agua, el aceite y otros materiales que derivan sobre el soporte van construyendo y deconstruyendo, pareciera que caprichosamente y al azar, aunque en verdad sutilmente conducidos por el artista, una obra armónica, equilibrada y de extraña belleza.
A ello se agrega el mágico ambiente que crea la impactante banda sonora de Luís María Serra.
El evento tendrá lugar para el público con entrada libre y gratuita, con sus repeticiones, todos los días sábado de enero entre las 21 y 23 hs.

Este Proyecto fue "Declarado de Interés Cultural” por el Ministerio de Cultura a través de la Ley de Mecenazgo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Arte líquido

Quizá sin el propósito consciente de reflejar la transformación tan radical de la sociedad, sino dejándose conducir por la sabiduría del instinto, Franco Lippi elaboró una obra que interpreta con fidelidad sorprendente el proceso de cambio sobre el que habla Zygmunt Bauman.
“Para el arte, la muerte no es ni un problema técnico ni un problema cualquiera. La mortalidad humana es la raison d'etre del arte, su causa y su objeto”, escribió el filósofo polaco en Arte, muerte y postmodernidad
Unos años antes, Bauman había revolucionado el mundo de la sociología con su libro Modernidad Liquida, en el cual afirmaba que la era de la modernidad sólida había llegado a su fin. ¿Por qué sólida? Porque los sólidos, a diferencia de los líquidos, conservan su forma y persisten en el tiempo: duran. En cambio, los líquidos son informes y se transforman constantemente: fluyen.
Esta última palabra parece la definición más precisa para describir la naturaleza de la etapa actual de la modernidad, en la cual se están debilitando hasta desaparecer rasgos fundamentales de la sociedad tradicional. “La idea de un estado fijo, inmóvil, final, permanente, nos parece tan extraña y absurda como la imagen de un viento que no sopla, un río que no fluye, una lluvia que no cae...”, insiste Baumann.

Un artista curioso

Lippi es un artista animado por una curiosidad insaciable, que le hizo embarcarse en un proceso de aprendizaje y experimentación pródigo en transgresiones a los procedimientos habituales de la pintura.
A los cinco años de edad, hizo sus primeros garabatos, pero en lugar de dibujar sobre papel, cartón o… la pared, como tantos niños, se puso a dibujar y colorear negativos de películas fotográficas veladas, descartados por su padre, un inmigrante italiano que se ganaba la vida como fotógrafo.
Era un juego, por supuesto, solitario, y como tal, no tenía más reglas que su fantasía y la propensión natural del chico a experimentar con los materiales que tenía a mano. Entonces pintarrajeaba la tira de celuloide, enmarcaba cada cuadro en una diapositiva y las superponía sobre el negatoscopio, obteniendo una imagen casi tridimensional que a veces se entretenía en proyectar sobre una pared.
Cuando decidió adquirir una formación artística formal, Lippi estudió con: Susana Monje, Enrique Aguirre Zabala, Raúl Ponce, Pablo Suarez y Jesús Marcos y en el análisis de obras con Luis Felipe Noé.

Realizó exposiciones individuales en el Museo Eduardo Sívori, MACLA, Centro Cultural Borges, Fundación Konex, Rosa Galisteo de Santa Fe, Museo de Bellas Artes de Tandil, Bellas Artes de Salta, y en el exterior, entre otras, en las ciudades de Filadelfia, Miami, Washington, Nueva York y en Siracusa y Trápani, Italia.
En su búsqueda experimentó con soportes “no tradicionales”, como el papel de lija. “De pronto me di cuenta que esa textura áspera pero a la vez sensible podía tener un comportamiento interesante a la hora de recibir tintas y lacas. A partir de esa prueba, confirmé la premisa de experimentar con la ‘materia sobre la materia’ y creo que no me equivoque”, cuenta Lippi.
De allí al agua había sólo un paso, que ensayó primero con una instalación de cuatro cortinas de agua sobre las cuales se proyectaban imágenes de cuatro obras del escultor hidrocinético Gyula Kosice.
Big Bang Night, Instalaciones Artísticas Acuáticas fue la siguiente estación. Un largo recorrido de décadas hasta llegar a esta obra en constante evolución, inestable, renacida en cada río o mar que la reciba. 
  
En el último año del siglo XX, Zygmunt Bauman acuñó la idea de que la modernidad líquida confiere la cualidad de lo permanente sólo al estado de transitoriedad. Para entonces, hacía ya bastante tiempo que en el extremo sur de América un joven artista buscaba su lenguaje, sin suponer que esa exploración estética iría a coincidir de una manera casi mágica con la definición del arte de nuestro tiempo que acuñaría el teórico polaco.