La muestra reúne una selección de tintas sobre papel y acrílicos que el artista realizó durante la década del ‘70.
En palabras de Elena Oliveras: “Manuel Espinosa encontró en el soporte del papel un medio ideal de experimentación. Por su practicidad, ductilidad y fácil disponibilidad fue particularmente eficaz para responder a la obsesividad y perfeccionismo que lo caracterizaron. Le permitió innumerables pruebas de línea, forma y color que incidirán, de uno u otro modo, en sus logros en el campo de la pintura(...) El espíritu libre de Espinosa, que siempre va más allá de las propias conquistas, lo lleva a interesarse tanto por el color, con sus sutiles modulaciones y transparencias, como por el fuerte contraste del negro y del blanco.” “En la actual exposición se han considerado tres zonas que corresponden a las paredes enfrentadas y al espacio central. Una de las paredes recibe una secuencia de obras sobre papel con tinta litográfica a modo de mural. Enfrentada a ella se ubica -de igual modo[1]una secuencia de dibujos ópticos. Sirviendo al diálogo entre las dos series, en el centro de la sala se encuentra una pequeña selección de obras bifaz. Desde el punto de vista formal, resalta el aspecto rítmico del conjunto, a lo que se suma el ritmo implícito en el desplazamiento del espectador. Un ritmo en el que influye tanto el azar como la “necesidad” para dar origen a nuestro modo exclusivo de ser en el mundo. Como la huella digital, el ritmo es algo propio, individual. Cada uno de nosotros tiene su ritmo, sus propios latidos del corazón, sus propios movimientos respiratorios, su propia cadencia vital, sus propios desplazamientos.”
La exhibición se llevará acabo en el nuevo espacio de MCMC, ubicado en José León Pagano 2649, y se podrá visitar a partir del 25 de noviembre a las 18 hs.