El  jueves 2 de agosto la galería 11 x 7 inaugura la exposición "Caligrafías" del artista Eduardo Santiere. Podrá visitarse hasta 13 de setiembre  de lunes a viernes de 11:30 a 20 horas y los sábados con cita  previa, en Libertad 1628, Ciudad Autónoma  de Buenos Aires. 

"Cuando conocí  a Eduardo Santiere pensé en aquel piloto inglés que menciona  Chesterton en su Ortodoxia, que erró levemente su ruta  y descubrió Inglaterra convencido de haber descubierto una nueva  isla en los mares del Sur. Nuestro artista, como aquel piloto,  emprendió su derrotero en 1996 cuando se dio cuenta de que no  podía seguir separando el tiempo del arte del de la vida. Durante 10  años asistió a diferentes  residencias en Estados Unidos  , España , Islandia. Y volvió cuando supo que el arte era su  Patria. ¿Qué podría ser más agradable que  sentir, simultáneamente y en pocos minutos, todas las fascinadoras  angustias del partir, combinadas con toda la seguridad humana de volver a  casa?. 
Su obra tiene la  particularidad de ser única. No se la puede colocar dentro de una  tendencia o un estilo. Santiere inventó una mitología  personal a partir del lápiz y el papel. Experimentando todas las  posibilidades de la levedad de ese soporte, comenzó a raspar el  papel como hiriendo el soporte (scratching). Un expresionismo  controlado que le confiere a sus obras una extraña apariencia   de paisaje lunar. En algunos colorea con lápiz esas texturas que a  veces parecen constelaciones (serie Starry Nights), en otros casos  partituras musicales o Bio-construcciones. 
Comienza sus obras  directamente en el papel, sin bocetos previos. Hay una primera instancia de  automatismo en la que el artista va siguiendo el curso natural de su  lápiz junto al sonido de la música que lo acompaña de  manera constante. Va encontrando ritmos, que se suceden mediante amplios  espacios blancos y pequeñas aglomeraciones de escenas que son como  micro situaciones. Así va generando un relato abstracto en una  grafía plástica que en ocasiones remiten a una  caligrafía oriental. Hay una carga emotiva contenida en cada trazo  que parecen acompañar una labor que en su hacer se asemeja a la  acción detenida de una meditación. Eduardo me dice que cuando  trabaja en su obra es feliz. Entonces  me lo imagino en su taller  atravesando esos viajes atemporales en los que de pronto el afuera  desaparece, entonces arte y vida se fusionan en un momento perfecto." Laura Batkis 
 
 
 
