17 de agosto de 2022

El Centro Cultural Borges exhibe dos muestras imperdibles: "Marcos López: Clásico y Moderno" y "El Caso Breccia"

Presentación de ambas muestras, con la presencia de Marcos López y de los hijos de Breccia, la curadora Judith Gociol y autoridades de Interpol

La muestra “Marcos López: Clásico y Moderno” reúne una serie de noventa imágenes, algunas del propio autor y otras halladas en anticuarios y luego pintadas e intervenidas a mano. López compra las fotos en anticuarios o mercados de pulgas de Buenos Aires y otras ciudades de América latina y las trabaja con todo tipo de materiales; las resignifica y convierte en piezas únicas.
Este creador multidisciplinario utiliza infinitas variables a la hora de intervenir las imágenes y provoca una especie de “surrealismo precario”, según sus propias palabras, conservando al mismo tiempo la magia original de las fotografías. 


Dice Marcos López: “Esta exposición se podría llamar El pasado, y el título funcionaría perfecto. Toda fotografía tiene que ver con el pasado. Hasta las selfis hechas con los teléfonos. Atrapar el recuerdo. Si me pongo a pensar por qué desde hace tres o cuatro años me puse obsesivamente a revisar cajas de fotos viejas en los anticuarios de San Telmo, diría que tiene que ver con que desde hace un tiempo -yo diría desde que cumplí sesenta- siento que todo lo que tenía que fotografiar ya lo fotografié. Los temas, las luces, las situaciones que tienen que ver con una reflexión visual sobre la «Identidad Cultural» (con mayúsculas) ya las hice. Además, siempre me gustó pintar. Y con la pandemia, la ecuación de pintar, de las fotos antiguas y de quedarme dentro de mi casa fue una excusa perfecta para terminar una serie de más de cien fotos pintadas a mano. Tengo cajas llenas. Todo este último tiempo fue un trabajo de laborterapia ocupacional. Los temas se repiten y son todos temas centrales a mi estructura emocional, cultural, de identidad y de formación y de traumas irresueltos: el pecado, la culpa, la formación católica, patriarcal, autoritaria y los casamientos para toda la vida. 

La fotografía antigua -copias de plata gelatina- tiene una fuerza energética, un aura, un misterio muy potente: en principio tiene un autor y aparece gente de verdad. Entonces, el hecho de pintarles encima de una novia un fuego o un cocodrilo, o un lobo que amenaza con comerse a una niña (cuyo vestido de comunión transformo en el de Caperucita Roja), me hace pensar qué derecho tengo yo para pintarle unos cuernitos de diablo al mismo tiempo que me da un placer enorme -ya que implica soltarme en un trazo infantil sin bocetos- y también me da culpa.
 

Siempre traté de ser «transgresor» con mi obra y siempre lo viví con miedo y culpa. Esos sentimientos están en esta muestra. Hay también una especie de surrealismo precario.
Otra cosa que me resulta interesante es que todas las obras son originales, son objetos. Tienen olor a químico. Son pinturas, pero al mismo tiempo son estructuralmente fotográficas. A la mirada de ilusión de una novia en un retrato de estudio, por más cielos rosados flúor, muebles con tapizados de leopardo, maridos con cuernos de diablo -que yo les pinto en el fondo-, la mirada, el gesto siguen teniendo la magia original de la fotografía.

El «hallazgo» característico de la fotografía (Benjamin o Cartier-Bresson o no me acuerdo quién la definió como «la estética del hallazgo») se da, en este caso, en el hallazgo de la foto en el cajón de fotos viejas de los anticuarios de mi barrio.
La muestra se llama «Marcos López: Clásico y Moderno». Me gusta como suena. Incluye sesenta imágenes antiguas de plata gelatina pintadas e intervenidas a mano con todo tipo de materiales: aerosol flúo, aplicaciones de pelo de verdad, pintura dorada para corona de reyes... del coronavirus.
Ya me intimaron a cerrar la lista de las obras y sigo yendo todos los días a los anticuarios a ver si encuentro alguna foto nueva que me diga algo nuevo, o me despierto en la madrugada y compro compulsivamente en Mercado Libre.”

Marcos López nació en 1958 en Santa Fe, Argentina. Comienza a tomar fotografías en blanco y negro en 1978. En 1982 se traslada a Buenos Aires tras obtener una beca de perfeccionamiento del Fondo Nacional de las Artes. En 1989 integra la primera promoción de becarios extranjeros de la Escuela Internacional de Cine y TV de Cuba y realiza documentales para cine en 16 mm y video. Comienza a investigar con el color y desarrolla la serie Pop latino durante los 90 y, en los últimos años, la serie Sub-realismo criollo.
En 2013 culmina Ramón Ayala, su ópera prima en el campo cinematográfico, un documental-ficción sobre el compositor, músico y pintor argentino homónimo, que gana el premio del público del BAFICI 13 (2013) y se estrena posteriormente en numerosos cines de Argentina.
Sus fotografías forman parte de las colecciones del Museo Nacional de Arte Reina Sofía de España, de la Daros Latinamerica Collection de Suiza y de la Tate Modern Gallery de Londres, entre otras colecciones públicas y privadas.
Sus libros publicados son Retratos (1993, reeditado en 2006), Pop latino (2000), Sub-realismo criollo (2003), El jugador (2007), Pop latino plus (2007) y Marcos López (2010).


El “Caso Breccia” se trata de una muestra en la que se expone un conjunto de originales de Alberto Breccia, reconocido como uno de los mayores historietistas no solo en Argentina sino en el mundo.
A causa de un juicio sucesorio, los materiales que estaban en la casa del dibujante -en Haedo- fueron
depositados en la caja fuerte de una empresa de seguridad que quebró en 2005. Luego, las piezas fueron robadas y vendidas ilegalmente por el mundo.
Los originales que se exponen -con autorización judicial- fueron recuperados por Interpol-Buenos Aires y
permanecen bajo su custodia hasta tanto terminen las causas en trámite.
fuera de lo exhibido, varias piezas sustraídas fueron localizadas en Europa, pero la justicia de los países donde se hallaban resolvió no devolverlas, y de otras no se ha podido descubrir aún su paradero, pero tienen orden de
secuestro internacional.
La muestra incluye además dos producciones audiovisuales que completan la información sobre este inusual,
complejo y doloroso destino de una obra excepcional. la curaduría, investigación y textos de la exposición estuvieron a cargo de la investigadora y periodista Judith Gociol. 

Alberto Breccia (1919-1993), considerado uno de los mayores dibujantes de historietas no solo en la Argentina sino en el mundo, realizó trabajos infantiles y láminas didácticas, adaptaciones literarias, páginas policiales y de ciencia ficción protagonizadas -en los casos más emblemáticos- por sicarios, detectives y viajeros del tiempo inmersos en ambientes lúgubres y en atmósferas linderas con la inquietud y el terror.
En 1997, a causa de un litigio judicial por el acervo sucesorio entre los hijos y la segunda esposa del autor, una parte de esa obra fue depositada para su resguardo en la caja fuerte de una empresa de seguridad que quebró en 2005 y, a partir de entonces, los originales fueron robados y vendidos ilegalmente por el mundo.
Hacia 2008 se denunció que las piezas eran ofrecidas para su compra y, un año después, la justicia penal y la fiscalía solicitaron la intervención de Interpol: algunas de esas obras resultaron recuperadas; otras ya fueron localizadas pero las autoridades judiciales europeas no autorizan su repatriación; el resto continúa sin aparecer.
La calidad de esas páginas, de una gráfica absolutamente innovadora, invaluable para sus lectores, tiene ahora un precio en el mercado (negro) que ni por asomo cobró nunca este artista que pasó largas épocas de ahogo económico, en oscilación entre dos necesidades no excluyentes: la de experimentar gráficamente y la de trabajar “para el puchero”, como decía.
Es un destino cruel y paradójico para la producción de un maestro del blanco y negro -justamente-, experto en el manejo de la luz y de la oscuridad.


10 de agosto de 2022

TIERRA en Herlitzka + Faria, con obras de Fernando 'Coco' Bedoya, Claudia Casarino, Nicolás García Uriburu, Carlos Ginzburg, Mónica Girón, Marta Minujín, Juan José Olavarría, Teresa Pereda, Alejandro Puente, Juan Pablo Renzi, Juan Sorrentino y Candelaria Traverso

Teresa Pereda

La galería Herlitzka + Faria inauguró "Tierra", una exhibición colectiva con obra de 12 grandes artistas de Argentina, Paraguay, Perú y Venezuela que ponen el foco en las representaciones vinculadas a la tierra. Lo hacen con propuestas que conjugan sensibilidad y agudeza, apelando tanto a la materialidad de la tierra como a sus asociaciones conceptuales. 

Hay obras de Marta Minujín, Carlos Ginzburg, Juan Pablo Renzi, Candelaria Traverso, Fernando ‘Coco’ Bedoya, Juan Sorrentino, Alejandro Puente, Claudia Casarino, Mónica Girón, Nicolás García Uriburu, Teresa Pereda y Juan José Olavarría.

Nicolás García Uriburu

 “La tierra es más que un elemento de la naturaleza, es un material culturalmente asociado a lo primigenio, a lo fértil y al ciclo de la vida”, señala en el texto curatorial Sofía Jones. Y añade: “El encuentro con estas producciones estimula una reflexión en torno a la fertilidad de la tierra, no en un sentido agrícola, sino entendiendo lo fértil como aquello ligado a la creación artística”.

“Esta gran variedad de aproximaciones puede conducir a la conclusión de que efectivamente, en cierta forma, todo está hecho de tierra. Una tierra que nos acompaña en el exilio y en el vínculo con lxs otrxs, que guarda una memoria del espacio que se habita, y que condensa en su materialidad una imagen de identidad cultural. Un material tan abundante como precioso”, escribe Jones.

Marta Minujín

En sala se exhiben registros de la acción "Comunicando con tierra", en la que Marta Minujín construyó un gran nido de hornero. En un intercambio simbólicamente potente, la artista recogió en el Machu Picchu 30 kilos de tierra con los que realizó el nido que exhibió en el CAyC, junto con 23 bolsas de plástico de un kilo cada una con esa tierra mezclada con tierra local. Tras la muestra, las bolsas con tierra fueron enviadas a colegas de otros países, con la consigna de que la mezclaran con tierra del lugar y volvieran a enviarla a Buenos Aires, para que a su vez la artista la llevara de vuelta a Machu Picchu.

Carlos Ginzburg

Se presenta el registro de "Tierra", acción de Carlos Ginzburg realizada en Arte de Sistemas, en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, que se completaba con la participación del espectador en distintos sitios. Por su parte, Candelaria Traverso, artista que aborda desde sus creaciones la simbología, la cultura y los diseños prehispánicos, trabaja con fardos de ropa y textiles que salen a la venta en ferias de Bolivia y del norte argentino. En la muestra se presentan vasijas elaboradas con tierra catamarqueña con formas de urnas ceremoniales de las culturas Aguada, Belén y Santa María. También se exhibe su serie "Cubos", estructuras con tierra y prendas de vestir prensadas, como los que la artista encuentra en los fardos de ropa provenientes de Estados Unidos, China y Corea expuestos para la venta en ferias de Bolivia y del norte argentino, donde encuentra materia prima y conceptual para sus obras.

Fernando 'Coco' Bedoya

En la obra de Juan José Olavarría la tierra aparece ligada a la bandera argentina, iconografía que el artista incluye aludiendo a su significado cultural, histórico y político en distintos contextos. Con ironía y acidez, en la serie "Cultura Trepa-Nación", Fernando ‘Coco’ Bedoya anula, con tapas de bebida cola de la más conocida marca internacional, el uso ceremonial de una serie de huacos (vasijas en cerámica usadas en los templos). También se exhibe su serie de dibujos "Taclla", en alusión a la herramienta agrícola utilizada por los pueblos precolombinos del imperio incaico. 

Juan Sorrentino
Con guiño al entramado simbólico entre la sangre, la tierra y lo americano, 
Juan Sorrentino presenta "Quincha" (del quechua qincha: cerco o palizada), que alude a un sistema constructivo tradicional de Sudamérica. "Kathino", la pintura de Alejandro Puente, está ligada al camino que inició el artista en 1967 cuando ganó la beca Guggenheim que le permitió estudiar y vivir en Nueva York, donde comenzó a interesarse por el arte textil prehispánico: con sello propio, devino maestro de la geometría sensible y del color.

Respecto a la serie "Capiteles" de Claudia Casarino, Jones señala: “Propone un discurso vinculado al papel que ocupa la mujer en la cultura y especialmente en la economía del Paraguay, dentro de la cual la población femenina tuvo durante mucho tiempo un rol destacado que se profundizó durante el conflicto bélico de la triple alianza”.

De Nicolás García Uriburu, quien desarrolló una fuerte búsqueda de la identidad latinoamericana y marcó la historia del arte con su temprana conciencia ecológica, se exhiben la pintura "Pampa y cielo" y la pieza en cerámica "Por donde miro está el sur".
 
Juan Pablo Renzi
 
De Juan Pablo Renzi (Argentina, 1940-1992), se incluye un óleo del río Paraná de su Santa Fe natal, pintado en Buenos Aires en 1976, cuando se fue por las persecuciones políticas de la época. Integrante del grupo Tucumán Arde y precursor del arte conceptual, Renzi en los setenta también volvió a la pintura. Con economía de recursos, el paisaje que se exhibe en la muestra condensa un clima metafísico. “Creo en una razón mucho más compleja que de alguna manera comprende todos los mecanismos del pensamiento, que no descarta las zonas instintivas, afectivas e inconscientes”, señaló el artista, quien consideraba que arte y vida estaban indisociablemente ligados.