18 de agosto de 2011

Homenaje a Oliverio Girondo en el Museo Fernández Blanco

El miércoles 17 de agosto se presentó la primera edición facsimilar del libro "Veinte poemas para ser leídos en el tranvía" de Oliverio Girondo, editado por Tajamar Editores, en el Museo Fernández Blanco.
En el marco de las actividades en homenaje al poeta organizadas por el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires a 120 años de su nacimiento, se realizó la presentación a cargo de Alejandro Kandora, Gerente General y Representante Legal de Tajamar Editores Ltda.y Jose María Brindisi, periodista y novelista. 
 Durante el evento Martín Greco, Académico de la UBA, escritor, investigador y guionista de cine especialista en Oliverio Girondo, habló sobre el arte visual de los dibujos de "Veinte poemas para ser leídos en el tranvía", realizados por Girondo y Andrés Gerszenzon presentó un fragmento de su espectáculo "Tropos", basado en poemas de Oliverio Girondo musicalizados por Gerszenzon, con puesta en escena de Bea Odoriz y la participación de las cantantes Natacha Nocetti, Erika Redondo Eslava y Bárbara Perrotta, y la pianista Lorena Torales.
El sábado 20 de agosto a las 15:30 horas será distribuida de manera gratuita una versión de pequeño formato de la obra “Veinte poemas para ser leídos en el tranvía” en uno de los tranvías históricos que realizará un recorrido por el barrio de Caballito, salida desde Emilio Mitre y José Bonifacio.
Considerado como “el libro de autor más importante de la literatura argentina" (Sergio Baur). "Veinte poemas para ser leídos en el tranvía" fue publicado en Francia en 1922 con un tiraje de 1000 ejemplares. Esta primera edición fue en gran formato -léase su título como una buena ironía en sus dimensiones-, e incluía diez ilustraciones hechas por el mismo Girondo y coloreadas por Charles Keller. Hasta ahora jamás se había hecho una edición facsimilar. Libro fundacional de las vanguardias latinoamericanas plagado de imágenes esplendorosas y de vértigo, "Veinte poemas para ser leídos en el tranvía" aborda la modernidad urbana creando un nuevo espacio y un nuevo tiempo para la poesía. Las imágenes se mezclan desordenadameme y los poemas sobre Buenos Aires, Venecia, Sevilla o Dakar se suceden rompiendo la pretensión de un orden sucesorio a través de un hablante que asume su discontinuidad y fragmentación, que asume la imposibilidad de hablar desde un “yo de conjunto", según la afortunada expresión de Borges. Todo ello amparado en la estética que Girondo verbaliza en el epígrafe: "En nuestra calidad de latinoamericanos poseemos el mejor estomago del mundo. Un estomago ecléctico, libérrimo, capaz de digerir y de digerir bien, tanto unos arenques septentrionales o un kouskous oriental, como una becasina cocinada en la llama o uno de esos chorizos épicos de Castilla”. Es decir, se apropia de las tradiciones culturales, las mezcla, las desnaturaliza para volverlas a dotar de sentido, y como resultado aparece esta obra única y sin parangón en las letras hispanoamericanas que es la poesía de Oliverio Girondo.